Relato de un náufrago

Una vez más, Gabriel García Márquez demuestra su dominio literario en esta breve obra de largo título: Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre.

No siempre una novela extensa es la más interesante, y esto lo podemos comprobar en Relato de un náufrago pues, a pesar de su tamaño, esta obra consigue mantenernos atentos hasta el final de la misma, sin perder en ningún momento esa curiosidad que todo escrito debe provocar en nosotros. Además, su amenidad y fácil vocabulario permiten seguir, sin problemas, el hilo de la historia que se narra. Historia contada en primera persona por Márquez a partir de las declaraciones del protagonista real de la historia, Luis Alejandro Velasco.

Al tratar un hecho real desde un estilo periodístico, Relato de un náufrago fue considerado más que una novela, un reportaje sobre el naufragio del destructor Caldas y su tripulación, entre la que se encontraba Velasco. Además, hoy en día es considerado uno de los grandes trabajos como periodista de Gabriel García Márquez.

«La noche era tranquila y la balsa avanzaba en línea recta hacia un punto determinado. ¿Adónde llegaría?, me preguntaba, convencido por los indicios –el color del agua y la vieja gaviota- de que al día siguiente estaría en tierra firme. No tenía la menor idea del lugar hacia donde se dirigía la balsa impulsada por la brisa.”

Cristina Pérez Parapar

Carrera contra el olvido y la impunidad

El periodismo en la guerra ha cambiado. Jon Sistiaga nos lo demuestra en su libro Ninguna guerra se parece a otra donde ofrece una nueva visión del conflicto de Irak. Más allá de los pocos minutos de informativo, cuenta aquello que la propia situación no le permitió comunicar entonces. No se muerde la lengua y ofrece un relato en primera persona apasionante.

El autor hace una magnífica descripción del país, de sus gentes. Nos cuenta los problemas de censura que vivieron los periodistas en esos momentos. Pero, ante todo, hace de su libro un homenaje a José Couso, para que este crimen de guerra no quede impune y en el olvido.

Las nuevas tecnologías permiten narrar la guerra en directo, permiten contar de primera mano lo que realmente está sucediendo.  Por esta razón, los profesionales de la prensa son un bando más a tener en cuenta por los militares.

Los dirigentes americanos aprendieron de Vietnam que la guerra no se perdió en las selvas de Indochina, sino en los telediarios de América. Desde entonces, la política informativa pasó a ser de gran importancia en el Pentágono. La conclusión es obvia: para el Pentágono, la única fuente legítima de información durante un conflicto proviene de las voces que ellos mismos controlan directamente. El resto son informaciones a degradar.  

Ángeles Capeáns Verde

 A continuación dejo un enlace del reportaje «Hotel Palestina», que narra los sucesos que rodearon la muerte del reportero gráfico José Couso.

http://es.youtube.com/watch?v=d_Rs0S23s20&feature=user