Archive for May 25, 2008

«Áfricas. Cosas que no pasan tan lejos» por Bru Rovira

«El reportero debe tener una actitud de esponja»

En una inmersión en la África profunda, el reportero de La Vanguardia, Bru Rovira, realiza un retrato del horror de la guerra en el continente olvidado de África. Olvidado por los medios y en definitiva por todos nosotros. Su experiencia en los diferentes conflictos que tuvieron lugar en África le permite ofrecer un relato en primera persona de gran impacto.

Bru RoviraTube la enorme fortuna de poder realizarle una entrevista durante el aniversario de la Facultad de las Ciencias de la Comunicación del año pasado. Leo y mientras lo hago puedo imaginar su rostro y su profunda voz. Uno de los episodios que más le marcaron fue la cruenta guerra de Ruanda en donde veía impasible como los blancos abandonaban el lugar mientras la población indígena estaba inmersa en una guerra sangrienta.

Como si de una conversación se tratase consigue acercarnos su experiencia y yo diría, sabiduría, sobre el reporterismo de guerra más profundo y la profunda huella que deja en el periodista. Para Bru Rovira, un buen reportero no es paracaídista. No puedes caer de pronto en un país en guerra y tratar de comprender lo que allí ocurre en tres días. Desgraciadamente es una tendencia al alza fruto de la mercatilización y aceleración de la profesión periodística.

Un reportero debe ser como una esponja y empaparse de la realidad que le rodea para intentar comprender lo que ocurre, sin inmiscuírse en dicha realidad. Un periodista es como «una mosca cojonera» que persigue saber más y más, pero siempre desde «la barra del bar», sin tomar parte. Sin duda uno de los mandamientos más complicados de cumplir en la profesión del «buen periodista».

Manuel Turnes Fernández (Marzo)

May 25, 2008 at 8:47 pm Deja un comentario

Un milagro en equlibrio Lucía Etxebarría

Eva Agulló era una mujer insegura, falta de autoestima y que se refugiaba de todos sus problemas en la bebida y en las drogas. No tenía una buena relación con su familia y desde muy joven se fue a vivir sola a un apartamento. Es en ese preciso momento cuando comienza su difícil trayectoria en este largo camino al que llamamos vida. Eva tuvo que enfrentarse a un novio que la maltrataba psicológicamente y a una familia que, a pesar de que ya no vivía con ellos, la tenía como “la rara, la excéntrica y la loca” No sabía qué hacer, y orientó su barco hacia la salida más fácil a cualquier problema: el alcohol y los estupefacientes. Un día se dio cuenta que no podía seguir así y cambió de aires: Madrid por Nueva York, la ciudad de los rascacielos. Allí descubrió el amor idealizado por un famoso cantante y su consecuente vacío existencial de poder tener todo: dinero, lujos y comodidades pero estar “limpio por dentro”. Nada que contar, nada que decir. Eva era un mero objeto de exhibición rubio que el famoso músico de jazz paseaba por la 5ª Avenida.  Hasta que por fin Eva dio con lo que sería su amor, su acompañante y el padre de su hija. La niña a la que va dirigida la extensa carta/diario que es Un milagro en equilibrio.

El título de la obra corresponde a la relación paralela existente entre la muerte de la madre de Eva y el nacimiento de su hija mientras la protagonista está redactando. Las dos caras de la vida: el salir a la luz y el alejarse de ella. Un milagro en equilibrio.

 

 

Ángela Pontes Rodríguez Grupo C

 

May 25, 2008 at 9:29 am Deja un comentario


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